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1. The Road Not Taken (by Robert Frost (1874 - 1963)
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Sonnets from the Portuguese XLIII (by Elisabeth Barret browing)
How do I love thee ? Let me count the ways. I love thee to the depth and breadth and height My soul can reach, when feeling out of sight For the ends of Being and ideal Grace. I love thee to the level of everyday's Most quiet need, by sun and candle-light. I love thee freely, as men strive for Right; I love thee purely, as they turn from Praise. I love thee with the passion put to use In my old griefs, and with my childhood's faith. I love thee with a love I seemed to lose With my lost saints,--I love thee with the breath, Smiles, tears, of all my life !--and, if God choose, I shall but love thee better after death.ELISABETH BARRET BROWING |
| The masterpiece of Meredith in team with Roberto |
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Ines vive en Bogota de Colombia. Trabaja, estudia y escribe poemas | |
La otra mitad del cielo
La otra mitad del cielo
La otra mitad mira hacia arriba
Pretendiendo al infinito,
Sentada sobre su conocida faz
No deja ver su misterio
Que no se parece ni a la luz
Ni a la oscuridad de la noche...
La habitación está muy oscura
La madre noche está despierta
Y el silencio se ha quedado roto
Sobre el recuerdo mas usado...
Sus lágrimas ya han hecho historia,
Como fundadoras de manantiales
Saciadores de la sed de ángeles
Sobre la desbaratada almohada
Y el mundo deja de ser lo que es
Para convertirse en su locura
Se va a caminar por el otro lado
Se va a la otra mitad del cielo.
La otra mitad mira hacia arriba
Pretendiendo al infinito,
Sentada sobre su conocida faz
No deja ver su misterio
Que no se parece ni a la luz
Ni a la oscuridad de la noche...
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La otra mitad del cielo ( a propósito de un sueño )
En ese desierto convenido
De roca y arena
De oasis dulces y agua fresca
De espinas y rosas
Se ve la otra mitad del cielo.
En ese desierto,
Donde hay una paloma desnuda
Donde hay un corazón derramado
Donde hay unas manos de arcilla,
Se ve la otra mitad del cielo.
En sus ojos de mujer. va la noche negra
En sus labios el vivo ardor del fuego
En sus pechos la virtud de Venus
Y en su pensamiento de virgen se oculta
La otra mitad del cielo.
En su mirada de hombre, el azul del día
En sus manos el agua para el sediento
En sus caricias luz para el invierno
Y en el calor de su amor por la virgen
Se ve la otra mitad del cielo.
INES |